Muy bonito, ¿no? Metiéndote con alguien que no se puede defender o, mejor dicho, no se “debe” defender. Qué bárbaro, démosle un aplauso a este tipo de infeliz.
De acuerdo, demos contexto: Imagínate que no puedes conseguir trabajo fácilmente por algo que tienes o por algo que eres y no puedes evitar serlo (o tenerlo). Y el único condenado lugar donde te dan oportunidad abusan de ti, por esa misma razón. Lo único que puedes pensar es: “Me tengo que aguantar, en otro lugar no me van a dar chamba”.
Claro, ¿tú qué vas a saber de esto si a ti no te discriminan así? Seguramente te van a discriminar por tu pitera carrera, o tu título, pero ¿qué más da? De todas formas, tú tienes forma de obtener otro empleo y no te van a poner tantas trabas como a ellos.
¿Por qué no te pones con alguien que se pueda defender? A ver, ¡veamos! Que se vea que esa bolsa de carne que llamas escroto lleva algo además de pelos. Demuéstrame que, así como los tratas a ellos tratas a los que están por encima de ti. ¿Qué? ¿Caló culero? ¿Vas a esperar a que alguno de ellos suelte el primer golpe para comportarte? ¿Qué acaso no tienes tantita madre?
Apara la mano, ten, mira, te doy cinco pesitos de madre. No te va a rendir, porque te falta mucha, pero con algo se empieza.
Vamos, ¡una ovación de pie para tremendo puñetas! ¡Denle un aplauso a este falto de progenitora! ¿Te has puesto en su lugar? Claro que no, ni siquiera los escuchas. Seguramente los ignoras y cuando algo salga mal les va a echar la culpa, porque, como he iterado, ellos no se van a defender. Tú saldrás bien parado y ellos solo tienen que agachar la cabeza.
Pensándolo bien, ten, otra pizca de madre, solo para que me escuches. Ojalá pudiera tener a tus tutores de frente y ponerles la chinga que ellos no te pusieron, pero verbal, obvio, porque a diferencia de ti, yo sí tengo madre.
Espero que te vaya bien en tu búsqueda de matrona y que también encuentres tantita decencia y una gota de humildad.
Khan Medina
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